Esta semana tengo el inmenso placer de que nos visite
Hoy la selección musical corre de su cuenta.
Y me hace especial ilusión porque Isabel se desnuda…
Ya estamos…..
Si es que…. siempre pensando en lo único eh!!!!!
Se “desnuda” emprendedoramente. (Bonito palabro)
Nos explica su nuevo proyecto, cómo ha llegado a él y nos cuenta los aprendizajes que tuvo en su emprendimiento anterior.
Nos abre su caja de pandora y nos explica las conclusiones que sacó de su experiencia.
Toma nota porque son esenciales.
Aquí nunca hay fracasos, hay aprendizajes.
La diferencia entre una cosa y la otra es que el fracaso sólo existe si dejas que te hunda si no tomas decisiones, no haces nada y te quedas lamiéndote las heridas.
Así que sube el volumen de tu equipo de sonido.
Prepara tu bebida favorita para tus momentos especiales.
Y, hoy si, coge papel y boli porque el cuestionario auto contestado que nos deja Isabel al final del artículo no tiene desperdicio.
Gracias Isabel por compartir tan sinceramente tus miedos y reflexiones.
Si no estás suscrito aún a su newsletter deja tu correo en la cajita que no te arrepentirás.
* El mail en la cajita de arriba ⬆⬆⬆⬆
El sábado pasado leí un artículo de Gabi que no me dejó indiferente. Es cierto que, si te fijas, la mayoría de los artículos de Gabi son de los que te hacen pensar y, lo más importante, de los que te hacen moverte.
La cuestión, que esto no es un artículo de peloteo, y no me quiero ir por las ramas, aunque admire a Gabi profundamente 🙃
Cuando algo te deja pensando con fuerza…
hay que comentar,
hay que escribir a esa persona y
decirle todo lo que te ha transmitido y
la energía que te ha inoculado en vena.
Y eso es lo que hice ese mismo sábado, comentar y escribir a Gabi para contarle que su artículo me había llenado de energía e impulso, que me había resonado profundamente y que me recordaba y complementaba a la perfección el artículo que ya tenía programado para ser publicado al día siguiente.
(Y así surgió esta colaboración y…las que vendrán 😉)
¿Qué es lo que hizo que resonaran tanto en mí sus palabras?
Dos ideas concretas: i) la revelación de cuál es la edad media para emprender en España y; ii) la cuestión de si nacemos o nos hacemos emprendedores.
Me dejó la mente en modo:
“espera que me levanto y voy a escribir mi primer itinerario y a trabajar en mi segunda publicación de Instagram.”
Ahoritita mismo (como dirían mis amigos mexicanos a los que pronto visitaré, otro sueño a cumplir en breve 😍)
Y es que, antes de leerlo, aún con mucha ilusión, alegría e impulso, estaba un tanto abrumada por todo lo que tenía que hacer, de la Newsletter, de mi trabajo (están siendo semanas duras con muchos plazos que cumplir y la multitud de reuniones no ayudan…), mi nuevo proyecto, mi vida personal (que me gusta mantener, al menos, en modo básico…), …
Estaba colapsando, pereceando en el sofá, incapaz de tomar acción, ante la multitud de tareas que se acumulaban en mi mente, en mi bandeja de entrada, en mi agenda y en mi mesa.
Pero… decidí entrar en substack en búsqueda de inspiración y fue un acierto.
Porque sus palabras me introdujeron de pleno en la acción.
Porque resulta que la edad media del emprendedor es de 50,3 años y yo tengo 37, señores, tengo sólo 37 añitos. Estoy en la tierna edad del emprendimiento (o del emprendimiento temprano o prematuro 😏, no tardío como yo pensaba 🤔😅)
Este “estás a tiempo”, estas palabras colmadas de una lógica aplastante me llenaron de ganas, de energía, de impulso y de aún más ilusión de la que traía por dentro.
¿Cuál es este negocio?
Para los curiosos y para ir empezando a contar lo que voy a hacer a partir de ahora, entre otras cosas:1
Organizo viajes gastronómicos para mentes inquietas y curiosas que necesitan un respiro.
Y es que es cierto eso de que nos pasamos el día en piloto automático, trabajando, sin descansar, con el afán de conseguir, conseguir, conseguir, sin disfrutar un solo minuto de la vida.
Y ¿sabéis qué?
Que la vida es eso que ocurre mientras haces planes y te pones objetivos, y todos esos viajes que pospones, comidas que postergas y conversaciones profundas que dejas para después, quizá nunca lleguen.
En eso estaba inmersa, en la vorágine del cumplimiento de objetivos diarios, de aprender, de estudiar, de mejorar, de estar en continúa lucha por mejorar mi experiencia, mis conocimientos, mis ingresos, mi renombre y reputación.
Encerrada en la máxima “la vida es solo trabajo y valgo por lo que hago.”
No por lo que soy,
No por existir y ser un simple ser humano.
Hasta que dije…
Espera
Espera
Espera
Qué resulta que lo que yo quería hacer es viajar por todo el mundo.
Qué soy una apasionada de la gastronomía que posterga sus viajes gastronómicos y que se pasa la vida recomendando sitios, comidas y restaurantes a los demás.
Qué no soy capaz de disfrutar y estoy enredada en un bucle de conseguir trabajos que me permitan conseguir todo lo anterior.
Qué al mismo tiempo doy consejos y estoy siempre para los demás apoyándoles para que consigan sus sueños, crean en si mismos y se vean con los mismos ojos que yo los veo (querendones 🥰😉)
¿Y si convierto mi trabajo y mi negocio en todo lo anterior?
¿Y si hago de mi pasión por viajar, comer, ayudar a que las personas sean más ellas y conecten más por dentro mi forma de vivir?
¿Y si resulta que contribuyo a crear un mundo mejor con personas más conectadas con su vida, con la alegría, con el disfrute y con lo bello que es vivir para que no sobrevivan en piloto automático y se tomen un respiro de su agitada vida?
Y…contestando a todas estas preguntas, es como resulta que me he embarcado en esta aventura, a la tierna edad de 37 añitos 😊
Creía que iba tarde, porque he sido, soy y seré siempre abogada -y me super encanta el Derecho ❤️, ojo- pero Gabi me mostró - con datos- en su artículo que nunca es tarde si la dicha es buena.
En cuanto a si soy emprendedora de nacimiento o no, como os anticipaba antes de explotar de ilusión al hablar de mi nuevo proyecto, no es el primero que tengo, aunque los anteriores estuvieron más relacionados con lo que fue mi objeto de estudio y mi, aún pasión, el Derecho y la Sostenibilidad.
En junio de 2023, fundé mi primera empresa junto con dos socios.
Spoiler: aunque os lo oleréis por el cambio de rumbo, no llegó a buen puerto.
Lección aprendida: resulta que hay que escoger muy bien con quien eliges trabajar antes de lanzarte a la aventura. El impulso estaba, pero los caracteres y formas de trabajar no eran compatibles. Cada uno tenía su idea de por donde debía tirar la empresa, una forma preconcebida de cómo debían hacerse las cosas, y las tareas… no estaban distribuidas, (digamos) eficientemente, entre todos.
Duramos juntos hasta diciembre de ese año.
Cuando vi que el proyecto no salía adelante, el batacazo que sentí fue morrocotudo, porque le había puesto muchas horas, trabajo, estudio e ilusión; sin contar con todos los contactos que había quemado en el intento.
Recuerdo la lección: antes de embarcarte en una empresa con otros, comprueba que trabajáis bien juntos, que tenéis los mismos valores y que camináis en una misma dirección.
Otra lección fue que lo que me había pasado durante años es que me daba miedo ponerme por mi cuenta, y que, al ir acompañada por dos socios, el trago era menos ¿amargo?
Mi conclusión al pasar los meses en cuanto al emprendimiento fue que me daba miedo hacerlo sola, hasta que lo hice una vez y me vi más sola que si no lo hubiera hecho acompañada.
Así que algo bueno que me dejó la experiencia es que no era para tanto y que a la próxima vez iría mejor.
(Tenía claro que habría una próxima, aunque aún no tuviera claro el qué).
Hoy, no siento amargor en nada, por lo que otra de las lecciones fue que quizá ese negocio no resonaba plenamente con quien era y con mis valores.
Os digo que, con la aventura en la que me estoy embarcando estoy cagada de miedo, pero a su vez tengo una ilusión y una alegría que no puedo siquiera llegar a describiros con palabras.
Lo hago con una canción cómo suele hacer Gabi…
Es una mezcla de plenitud, felicidad, expectación, ganas, impulso, de voy a comerme el mundo (literal, en este caso).
También esta esa insidiosa vocecilla mental…
(y lo que le voy contestando…)
— ¿Y si sale mal?
— Lo habremos intentado.
— ¿Y si no me gusta?
— Siempre puedo volver a la abogacía.
— ¿Y si se me da mal?
— Se me va a dar muy bien, llevo haciéndolo toda la vida con amigos, familiares, novios y amigos de amigos.
— ¿Y si no puedo vivir de ello?
— Conseguiré la manera.
— Pero… no sabes de redes sociales.
— Todo se aprende en esta vida.
— Pero nunca has dirigido un negocio.
— Pues tendré que hacerlo si quiero hacer esto.
…
Imagino que estas dualidades surgen en todo emprendedor al iniciar un negocio y, lo peor (o lo mejor), que se siguen repitiendo en el tiempo con cantaletas mentales diferentes cada vez que afrontas nuevos retos.
Pero…
¿Qué queréis que os diga?
El emprendedor medio tiene 50,3 años, y tengo 37 añitos 😉
A probar, a aprender, a mejorar y a repetir el proceso para ir puliendo cada detalle.
Al fin y al cabo, las personas felices son aquellas que viven en coherencia con sus valores y uno de mis máximos valores es la libertad.
Siendo el primer paso en el camino hacia la libertad, precisamente, ser coherente con este valor. Creer en mí y en un proyecto que me permita vivir la vida que yo quiero, ayudando a otros a tener la vida que se merecen, es el siguiente peldaño de la escalera. Y si además se trata de un proyecto al albur de la buena mesa y de rendir culto y homenaje a nosotros y a la vida, pues mejor que mejor ¿no?
Y tú, ¿te rindes homenaje lo suficientemente? ¿te das un tiempo para respirar, reconectar y analizar si vives o no en coherencia con tus valores?
Solo te doy un consejo, por si lo quieres tomar (que me vengo aplicando mucho últimamente):
Hazlo. Respira. Reconecta. Y analiza si vives o no en coherencia con tus valores.
Te aseguro que vas a notar la diferencia y que poco a poco te vas a encaminar a descubrir qué es lo que realmente quieres hacer y cómo quieres realmente vivir.
1 Que no dejaré mi amada Newsletter, que tantas alegrías me está dando, ¡ni tampoco las entrevistas!
Si te ha gustado esta reflexión, compártela con alguien que esté dudando si lanzarse o no al mundo del emprendimiento.
Y si quieres compartir tu opinión conmigo sobre este tema deja un comentario o escríbeme directamente. Estaré encantado de saber lo que piensas.
Hagas lo que hagas gracias de corazón por llegar hasta aquí.
Un abrazo grande!!!
Aaaaaaaaadios!!
Gabi Contreras
Booooom!!!!! Mucha Suerte 🍀
Mejor emprender ahora que antes, ahora tienes más experiencia y te ahorras muchos problemas que seguro que Gabi pasó jajajaja
Isabel, Enhorabuena!!!! Tiene muy buena pinta y estoy seguro que va ir de cine. A mí me encanta viajar y la gastronomía, así que quizás tengas un cliente.